Vecinos de La Boca lanzan una campaña para salvar los ombúes del Parque de Flora Nativa Benito Quinquela Martín
La situación se desarrolla en Irala y Pi y Margall.
La Comisión de Vecinos de la Calle Irala y Adyacencias lanzó una campaña en Change.org titulada “Salvemos el espacio verde y los ombúes en el Barrio de la Boca”. Piden resguardar dos ejemplares del Parque de Flora Nativa Benito Quinquela Martín y explican que en el lugar del Gobierno porteño tiene pensado construir un edificio.
“En el barrio de La Boca, la esquina del primer parque público de flora nativa de la Ciudad, en Irala y Pi y Margall, se encuentra amenazada por una nueva construcción. Este espacio (parcela 18), que en el proyecto original formaba parte del Parque de Flora Nativa Benito Quinquela Martín y hoy está anexada de hecho al mismo, tiene dos hermosos ombúes plantados por los vecinos, uno de ellos de más de 20 años. Solicitamos se integre formalmente al Parque y se respete ese espacio verde. Hace pocos días nos enteramos que el Instituto de Vivienda de la Ciudad pretende construir allí un edificio en torre”, plantean los ciudadanos.
“Pedimos a los funcionarios del gobierno de la ciudad que arbitren las medidas necesarias para que la construcción se realice dentro de la trama ya edificada, en inmuebles ociosos del barrio y se preserve el espacio verde, en cumplimiento de la Constitución de la Ciudad (Art. 26.- El ambiente es patrimonio común. Toda persona tiene derecho a gozar de un ambiente sano, así como el deber de preservarlo y defenderlo en provecho de las generaciones presentes y futuras. Toda actividad que suponga en forma actual o inminente un daño al ambiente debe cesar. El daño ambiental conlleva prioritariamente la obligación de recomponer. Art. 27… La preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora. La protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras, y garantiza su uso común”, agregan.
“La preservación e incremento de los espacios verdes, las áreas forestadas y parquizadas, parques naturales y zonas de reserva ecológica, y la preservación de su diversidad biológica…) y de la Ley 2240 de Recuperación Urbanística y Ambiental de La Boca-. Queremos que ese lote se destine formalmente como espacio verde de uso público y se lo zonifique como Urbanización Parque, reparando mínimamente los espacios verdes destinados al barrio en el Código Urbanístico que han sido enajenados. También el Plan Urbano Ambiental promueve la preservación de las identidades barriales, por todo ello, apelamos a que haya voluntad política para derivar a alguno de los muchos inmuebles ociosos la anunciada construcción y se garantice la preservación del espacio verde y los ombúes. Se deben proteger los pocos lugares posibles de ser espacios verdes de uso público y ejercer un urbanismo bien entendido, con respeto del ambiente y de los ciudadanos”, destacan en la petición.
En la misma repasan la historia de la lucha vecinal y del espacio verde: “En Septiembre del año 2000 la Comisión de vecinos de la calle Irala y adyacencias presentó el proyecto para la creación de un parque público, inexistente hasta entonces, para el barrio de La Boca. Esa primera propuesta incluía la totalidad de los terrenos de Casa Amarilla, considerando los terrenos del sector Alte. Brown – los cuales ya eran usados como campo de deportes – y los terrenos ocupados por la Terminal Multimodal Casa Amarilla. Si bien en un primer momento hubo una respuesta favorable de parte del GCABA, en Septiembre de 2001 tomó estado público un proyecto del Ejecutivo para construir en los predios del ONABE –Organismo Administrador de los bienes del Estado- cuatro manzanas de complejos de edificios”.
“La historia es conocida: los vecinos presentamos como Iniciativa Popular un proyecto acotado entonces por las circunstancias a salvaguardar para Espacio Verde de Uso Público los terrenos aún en dominio del Estado Nacional. La rezonificación a Urbanización Parque tuvo al fin tratamiento legislativo por unanimidad, y el diseño se realizó por primera vez para un nuevo espacio público con la metodología de Diseño Participativo del Paisaje. Entre las premisas sobre el espacio que se diseñaba, se incluía un pequeño triángulo que ya tenía zonificación UP – el único que quedó en manos de la Ciudad luego de cederse los dos grandes predios Urbanización Parque al Club Boca Jr.y otro a la Armada- y los dos lotes remanentes de las siete torres de la entonces llamada Comisión Municipal de la Vivienda, hoy I.V.C. Esta inclusión, de absoluto sentido común, aportaba continuidad al diseño y al paisaje, y resolvía el mantenimiento de dos lotes que siempre debían ser limpiados – o gestionada su limpieza- por los propios vecinos, generando conflictos por estar convertidos en baldíos la mayor parte del tiempo”, agregan.
“Anexar estos terrenos fue el objeto de compromisos verbales de funcionarios tanto de la Comisión Municipal de la Vivienda, como de la Corporación Buenos Aires Sur, ente autárquico al que se le encomendó la coordinación del proyecto con los vecinos y la consecuente confección de los pliegos para la llamada a licitación. Prueba de ello es el plano que se presentó a los vecinos el 31 de Octubre de 2004, durante toda la jornada de festejo por la sanción definitiva de la Ley de creación del Parque. Pero en el diseño de la licitación se omitieron los terrenos, tal vez por razones burocráticas dentro del GCABA, dejando como resultado la pérdida del portón de acceso principal en la esquina de Irala al 200, por dos entradas y dos caminos para llegar al principal. Hoy sabemos las dificultades que acarrea controlar dichos accesos, uno de los cuales permanece clausurado. No fue la única pérdida: El proyectado laberinto fue omitido para dar lugar a una cancha de fútbol más pequeña que la ideada en el original”, analizaron los vecinos.
“En Diciembre de 2004, como parte del cuestionado proyecto de viviendas en Casa Amarilla, se licitó también la construcción de un edificio de 9 pisos en la parcela 19. Lamentablemente, ese edificio ya se ha construido, en desmedro de la visual, el paisaje y los reducidos espacios verdes de esta Ciudad, en un despropósito urbanístico que no tuvo en cuenta la aplicación de la Ley 2240, que declaró a La Boca en Emergencia Urbanística y Ambiental, justamente por la abundancia de inmuebles ociosos, y la escasez de los Espacios Verdes, pudiéndose haber erigido esa edificación en la trama ya edificada, ayudando a su recuperación. Lo mismo es aplicable a las construcciones realizadas en el sector Brown de Casa Amarilla”.
“Este proyecto ya ha sido presentado cuando aún podía rescatarse para el uso público la parcela 19, que como decíamos anteriormente ya se encuentra edificada por encargo del IVC, y aún más: Hemos denunciado formalmente las desproporcionadas mensuras que han realizado ocupando parte del espacio público, -VER NOTAS Nº 8132 19/7/2012; Nota Nº 6166 29/5/2102 y Expediente Nº 2301467 del 24/10/2012; Dirigidas a la Presidencia del IVC; y Expedientes Nº 1096229 (29/5/2012) y Nº1095980 de la misma fecha, dirigidas Jefe de Gobierno y Ministerio de Ambiente y Espacio público respectivamente-, denuncias que el IVC descargó en la mensura del profesional actuante, o en una escueta respuesta ( de Enero e 2013) donde se nos informa –textual-: “…que el avance sobre la vía pública y linderos realizados por los ejecutantes de la obra, son necesarios para el desarrollo de la misma y serán liberados ni bien el avance de la misma lo permita”; algo imposible de cumplir, como la observación de la realidad lo demuestra. Estas denuncias que las autoridades desoyeron, se reafirman al agregarse un nuevo hecho a su correlato en el accionar abusivo, como quedó de manifiesto el día 5 de Marzo 2014–Ver Nota Nº 1285 IVC-, cuando insertaron postes de hormigón y pretendieron alambrar una parte del Parque para disponer servicios y cocheras para el edificio; (ahorraremos la descripción de las pretendidas justificaciones por groseras), hecho que fue desarticulado gracias a la rápida reacción de los vecinos”.
“En esa ocasión hicimos saber a las autoridades del IVC, que en virtud de todas las molestias y las generosas mensuras que realizaron a favor del edificio y en desmedro del parque, reclamamos realicen las gestiones administrativas y legislativas necesarias para que la parcela 18 se integre definitiva y formalmente al Parque Público, tal como reclamamos en numerosas ocasiones y como constaba en el plano del primer diseño del parque, del cual obra numerosa documentación. Dicho esto y mientras esperamos se dispongan los actos administrativos según lo peticionado, ponemos a consideración de esta casa política este proyecto que sólo busca restaurar en lo posible el Espacio Público, acorde al proyecto original mencionado y a la compensación adeudada por el Distrito UP (Urbanización Parque) enajenados, (dos predios al club Boca Jr., uno a la Armada) de un Código de Planeamiento Urbano aún vigente. Por todos estos motivos es que proponemos esta mínima restitución, integrando al Parque de flora nativa Benito Quinquela Martín, este lote que ya es utilizado por el vecindario como espacio adicional al mismo y del que se ha gestionado su mantenimiento con la prestataria del servicio de mantenimiento del Parque. Debería formar parte de él física y formalmente. Esto es lo que propicia claramente la vigente Ley 2240 de Emergencia Urbanística y Ambiental del Barrio de La Boca: Establece taxativamente la necesidad de recuperar este barrio respetando su identidad y alentando políticas públicas acordes a su singularidad y la distribución de la inversión pública imprescindible para su renovación urbana, ambiental y social”, concluyeron.