Piden crear la Plazoleta “Teatro de la Ranchería” en el microcentro porteño

Maximiliano Ferraro presentó un proyecto en la Legislatura porteña. Se haría sobre la intervención peatonal de Perú y Diagonal Sur.

El legislador porteño por Vamos Juntos, Maximiliano Ferraro, presentó un proyecto de ley para crear la Plazoleta “Teatro de la Ranchería”, en la intervención peatonal en la esquina  de Perú y Av. Pte. Julio A. Roca de la Ciudad de Buenos Aires (Comuna 1). Su propuesta de colocar cartelería con reproducciones de acuarelas y fotografías históricas, descripción de la ubicación, dimensiones y características del Teatro de la Ranchería y las transformaciones de este sitio a lo largo de la historia.

En los fundamentos, el representante porteño afirma: “El presente proyecto tiene el propósito de recuperar la memoria de los teatros históricos de la Ciudad de Buenos Aires, haciendo visible y transitable para la ciudadanía el sitio donde se instaló el primer teatro de la Ciudad de Buenos Aires en el siglo XVIII”.

Ferraro afirma que se debe recuperar la historia de los antiguos teatros “porque es una apuesta hacia el futuro, reconociendo la importancia que estos espacios culturales han tenido en su momento, reconocemos que es necesario profundizar el compromiso para proteger y favorecer el desarrollo de la actividad teatral y los espacios culturales donde esta actividad se desarrolla”.

La defensa del proyecto evoca que en 1783 el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo – quien además introdujo la imprenta – mandó a crear en Buenos Aires una “Casa de Comedias”. Hasta entonces, la pequeña Ciudad había sido renuente a la construcción de un escenario, el entretenimiento público de los porteños pasaba por las corridas de toros que se realizan periódicamente en la plaza de Retiro. A mediados del siglo XVIII aparecieron los primeros espacios, construidos con material precario y para representaciones provisorias, con el fin de poner sobre las tablas comedias de tipo popular, enriquecidas con tonadillas españolas, coplas andaluzas, modinhas brasileñas y entremeses. Hacia fin de siglo se abrieron algunas salas de vida efímera: el Teatro del Sol, en la calle De la Merced (Reconquista) y un Corral de Comedias, sobre la actual Sarmiento.

Agrega que el Teatro de la Ranchería fue el primer edificio destinado al teatro que existió en la ciudad, levantado en el Patio de la Ranchería en 1783, que ocupaba el ángulo SO de las actuales esquinas de Perú y Alsina por obra de Francisco Velarde. El nombre respondía tanto a su aspecto exterior sencillo, cubierto con techo de paja, como la adyacencia de las viviendas humildes de indios de las misiones. En esta zona de la Ciudad no había alumbrado público, por lo que Vértiz ordenó la colocación de farolas para que los porteños no tuvieran excusas para asistir al teatro. El espacio era un “Galpón provisorio de madera con techo de paja” según la propia afirmación del empresario en una petición al cabildo. Seguía la línea de los tablados españoles, con un patio delante de la escena y bordeando a aquel una serie de palcos. Las temporadas teatrales concluían el último día de carnaval, quedando suspendidas las funciones durante todo el tiempo de la cuaresma hasta el domingo de resurrección en que se reanudaban. El anuncio de las funciones se hacía mediante un farol colocado en la esquina de Chacabuco y Alsina (Nomenclatura actual) como también por cohetes voladores y pregoneros.

Según ha podido rastrear Mariano G. Bosch, se representaron en la Ranchería, entre otras muchísimas piezas, que nos son desconocidas, El albañil ofendido, de autor anónimo, La prudencia en la niñez y La gran Cenobia de Calderón de la Barca, también se representó El Siripo de Labardén y El amor de la Estanciera, de autor desconocido. El 16 de agosto de 1792 un cohete lanzado desde la iglesia de San Juan cayó sobre el techo de la Ranchería, nunca se supo si fue un accidente o un atentado. El teatro ardió toda la noche y quedó reducido a cenizas. En 1903, tras varios sucesos de censura previa, la sanción de la Ley N°4.195, permitió abolir la misma.

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