
Rescatan a una menor extranjera secuestrada en el barrio de Flores
Un vecino de la Comuna 7 presenció una violenta escena en la puerta de un inmueble ubicado sobre la avenida Directorio. Dio aviso a un policía que se encontrada apostado a metros del lugar. Cuando el agente se acercó a la vivienda, escuchó el desesperado pedido de auxilio de la víctima.
Este sábado, cerca de las ocho de la noche, una persona que transitaba por avenida Directorio y José Martí, en el barrio de Flores (Comuna 7), vio a un joven golpear a una mujer en la cara, sujetarla del cuello y meterla por la fuerza al interior de una vivienda.
Ante el hecho, avisó un policía que estaba apostado a una cuadra del lugar. El agente se dirigió a la vivienda, indagó a una mujer que le abrió la puerta, pero ella intentó minimizar la situación, asegurando que su sobrino discute seguido con la novia en la calle. Mientras el oficial se debatía si la versión que le dio la mujer era real, oyó un grito de auxilio que provenía del fondo de la casa.
“Ayúdame por favor, me tienen secuestrada y quiero volver a mi país”, gritó una menor desesperada cuando advirtió la presencia de un policía en la puerta de la casa donde estaba cautiva, según reconstruyó el portal La Nación en base a información de fuentes policiales.
Inmediatamente, llamó a la comisaría 40a. para pedir refuerzos. En pocos minutos, cuatro patrulleros llegaron a la vivienda y los policías lograron rescatar a la joven.
La chica, de 16 años, de nacionalidad bolivianaa, había ingresado ilegalmente en el país. Personal de la División de Trata de Personas de la Policía Federal Argentina escuchó el relato desgarrador, donde la víctima señalaba cómo el muchacho, quien se hacía pasar por su novio, le ofreció traerla a Buenos Aires para trabajar en un lugar que pertenecía a su familia y donde le prometía que le iban pagar bien.

Para ingresar en el país, la chica se subió a una camioneta que la llevó hacia la frontera. Pero antes de cruzar a la Argentina, la hicieron bajar del vehículo y la subieron a una canoa que ingresó en el país sin ser descubierta por los controles fronterizos. Mientras tanto, la misma camioneta la esperaba en la banquina, a un kilómetro de los controles del lado argentino, para luego trasladarla a la ciudad de Buenos Aires. La víctima habría entrado por uno de los cuatro pasos principales de la provincia de Salta, pero no pudo asegurar con certeza cual fue el recorrido realizado.
Una ambulancia la llevó a un centro de atención especializado para hacerle una revisión médica. Además, el juez federal de la Capital, Daniel Rafecas, a cargo del caso, ordenó allanar el domicilio para buscar otras personas que podrían estar en situación de trata. Durante el procedimiento no se hallaron otras mujeres rehenes en la casa, pero se descubrió un taller textil clandestino, de donde se secuestraron seis máquinas de coser; seis bolsas con hojas de coca, que estaban al lado de cada una de las máquinas -supuestamente para estimular a los trabajadores cautivos-; rollos de tela, y una lista con pedidos para la confección de distintas prendas, en su mayoría calzas de gamuza. Además, hubo tres detenidos: el muchacho que golpeó a la víctima, una mujer y otro hombre. Interviene en el caso la fiscal María Paloma Ochoa.
