Clara Muzzio: “No aliento la inmigración, la advierto”
"De todas las cosas que me acusan, ninguna me duele más que me llamen abortera", dijo ante una publicación en la que señaló: "Muy pronto, la Ciudad tendrá que elegir: aceptar la despoblación y el envejecimiento, o rejuvenecer recibiendo inmigrantes jóvenes que ocupen espacios vacantes".
La vicejefa de Gobierno porteño, Clara Muzzio, realizó declaraciones en la red social X sobre natalidad e inmigración. “Muy pronto, la Ciudad tendrá que elegir: aceptar la despoblación y el envejecimiento, o rejuvenecer recibiendo inmigrantes jóvenes que ocupen espacios vacantes”, planteó.
“Así ocurrió en Europa: París tiene un 34% de población extranjera, Estocolmo 45,4%. No es un juicio de valor, es una observación. Buenos Aires podría tener un problema serio. Para atraer inmigrantes deberá competir con ciudades con mejores empleos, salarios, universidades o vínculos culturales. Tal vez no captemos a los perfiles más idóneos, sino los que podamos. La ciudad podría quedar relegada como segunda, tercera opción y hasta cuarta opción. Reemplazar al 30 o 40% de la población por extranjeros puede tener efectos positivos inmediatos: Rejuvenecimiento poblacional, muchos más niños, impulso económico, crecimiento. Pero no será gratis. La incorporación masiva de extranjeros puede crear tensiones culturales si los recién llegados tienen creencias o valores opuestos a los locales”, advirtió.
“Además, habrá una presión creciente sobre servicios como salud, educación o ayuda social. En ese contexto los porteños pueden sentir que los inmigrantes gastan el dinero de sus impuestos y compiten por empleos. Una ciudad inmigrante puede mejorar con nuevos talentos y mezcla cultural. O no. El futuro no está escrito. Sé que nadie va a tener hijos por cuestiones demográficas, pero los hechos son los hechos, sin niños debemos pensar temas difíciles sobre la ciudad futura. Esa curva descendente que se ve en el gráfico es una señal. Ocuparse de ella no es una decisión moral, sino política. La curva dibuja tu barrio del futuro, el idioma de tus vecinos, la religión que tendrán los diputados, tu trabajo, el origen de las maestras, tus parejas. Somos una ciudad brillante gracias a los inmigrantes. Pero el mundo cambió. Y si no tenemos un plan, un objetivo claro, con esta caída brutal de la natalidad, las cosas podrían complicarse”, agregó.
Este texto generó debate en redes sociales. Por eso, Muzzio realizó una segunda publicación: “Mi texto de ayer produjo muchas respuestas desajustadas, es decir, personas que me acusan, debaten o malinterpretan algunas cosas que mencioné en ese post. Como el tema me parece muy importante, voy a responder de manera general para que las cosas queden claras”.
“No aliento la inmigración, la advierto Muchos comentarios asumen que estoy animando la inmigración como solución a la caída de la natalidad. No es así. Lo que estoy haciendo es compartir la preocupación de que eso puede pasar si se mantiene la caída de nacimientos como efecto de la despoblación y el envejecimiento de nuestra Ciudad. Por lo tanto —de ahí viene el título del post— si no te preocupa la caída de la natalidad, al menos deberías preocuparte por la inmigración, que será el tema dominante en los próximos años. Somos una ciudad de inmigrantes, pero ahora estamos en otro mundo y la situación tiene el riesgo de ser distinta. Si vemos los efectos negativos actuales que están produciendo en Europa algunos grupos inmigrantes —donde las tensiones culturales y políticas ya se ven en las calles y hasta en la disputa misma de la autoridad—, la idea de una ola inmigratoria en la capital no es estimulante. Los datos hablan: en 2023, uno de cada tres nacimientos ocurridos en el Reino Unido fue de madres nacidas fuera de ese país. Al menos yo preferiría que en la Ciudad no pasara algo así”, señaló.
También habló sobre el Estado: “Otros comentarios, al hablar de la caída de la natalidad, le atribuyen la culpa al Estado y sus políticas públicas. Señalamos varias veces que la economía puede ser una de las causas, pero no es la principal. Por ejemplo, con más de 300 mil millones de dólares invertidos en promover la natalidad, Corea del Sur es ahora el país con menor número de nacimientos del mundo. Personalmente creo que las políticas deben ser estimulantes, pero la evidencia demuestra que los efectos sobre la natalidad son muy limitados. Al mismo tiempo, para localizar el tema, la ciudad cuenta con toda una red de asistencia y contención para la primera infancia, sin embargo en muchas de ellas sobran vacantes. Tener o no tener hijos es una decisión individual, los Estados producen muy poco efecto sobre esa decisión, aún aportando incentivos”.
“De todas las cosas que me acusan, ninguna me duele más que me llamen abortera. Quienes me conocen saben que mi posición personal siempre fue y será estar en contra del aborto. Me guía la idea de que la vida humana debe ser protegida, y no puedo anteponer a esa idea ninguna otra superior. En este tema, como les pasó a otros miembros del PRO y también de otros partidos, momentáneamente mi voz quedó en minoría. Mi convicción será siempre estar en contra del aborto”, concluyó.